Hutchinson ha diseñado dos balones ligeramente distintos, de 2.40 y 2.50”, pensados inicialmente como neumático trasero y delantero específicamente.
Aunque el resultado final ha sido el de un combo de neumáticos que podemos usar indistintamente en ambas ruedas, al tener ambos unas características ligeramente distintitas y que pueden dar como resultado un mejor rendimiento en terrenos diferentes. De hecho, la propia Isabeau Courdurier ha montado la versión de 2,40 en ambas ruedas para ganar en las dos grandes citas del año hasta hoy.
Así, el 2,40” sería el más indicado si queremos maximizar la rapidez de pedaleo sin sacrificar ni agarre ni capacidad de retención (de frenada). También cuenta con unos tacos con una orientación y un ángulo distinto al de su hermano de mayor balón para hacer que sean un poco más rodador en terrenos veloces.
El 2,50” por su parte tiene unos tacos más altos, alineados los centrales con los laterales para mejorar la capacidad de frenada, y con un surco los primeros para aumentar la flexibilidad del taco para adaptarse mejor al terreno, y de paso, rascar unos gramos de peso. Es el que Hutchinson nos recomienda como delantero o simplemente en terrenos muy rotos y abruptos.
Ambos tienen la carcasa de 66 TPI con el tejido de refuerzo HardSkin, que va de lado a lado para proteger de cortes y roces, un refuerzo que además destaca por su buen peso y creando una estructura suficientemente robusta como para ser utilizados en eMTB. Hablando de pesos, Hutchinson ha facilitado las cifras declaradas, de 930 y 980 g en las versiones de 27,5” (2.40 y 2.50 respectivamente), y de 1.030 y 1.080 g en 29”. Las dos unidades de prueba que nos hemos traído a la redacción de BIKE desde Francia para hacer un test de larga duración han dado un peso de 1.054 y 1.078 g en 29” (2.40 y 2.50).